El objetivo del gobierno de Uribe no es pacificar el país sino derrotar a las FARC y, en ese sentido, acciones como la liberación de gente secuestrada por los guerrilleros generan fuerza en el bando contrario así que hay que impedirlas a toda costa.
Nunca justifiqué el uso de las armas en el combate ideológico pero eso no hace que se pueda ignorar que detrás de un grupo guerrillero como las FARC seguramente hay un reclamo social importante que debería ser tenido en cuenta si se pretende pacificar al país. Por supuesto, hablando de Colombia se mezclan cuestiones como el narcotráfico y la lucha de intereses que esto presupone.
Ojalá la presión del resto de latinoamérica ayude a que la paz avance en el país hermano que lleva el nombre de nuestro descubridor.
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