La cosa es que supe que desde el gobierno se acusa a sectores del agro que se oponen a su política, desde el agro hablan de una conspiración oficialista que aparte de piqueteros tendrían ahora incendiarios o pirómanos recorriendo las zonas afectadas y así se cruzan acusaciones cuando la verdad es que ninguno, mejor dicho, ambos tienen razón. El gobierno, desde el estado (provincial o nacional) instrumentó las políticas de descontrol que llevan a que no haya ningún tipo de límite para explotaciones cuyo impacto ambiental es, a todas luces, perjudicial para la población; y los productores (no todos, pero si los suficientes) que solo piensan en su rentabilidad y matan a la gallina de los huevos de oro (la tierra).
Encontré un documento elaborado por gente de Greenpeace y otras organizaciones ecologistas que tienen asiento en la zona afectada que resulta de interesante lectura antes de comprar un discurso acusando a alguien por la desgracia, que no es agregarle smog a Buenos Aires, y que invito a leer a quien tenga la buena voluntad y la necesidad de conocer otra visión de la realidad que no es imparcial, es de gente que tiene muy claro sus intereses y lo grita a los cuatro vientos.
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