De todos modos, las limitaciones al poder siempre comienzan de este modo y luego avanzan; los antecedentes del poder legislativo eran simplemente consejeros de los monarcas que no estaban obligados a aceptar sus sugerencias.
Sigo siendo optimista, creo que las instituciones avanzan y, esto que ocurre en Salta, al margen de la resolución final en cuanto a la designación del juez; permite que al menos la población pueda presentar sus quejas y enterarse de quienes serán los administradores de justicia de su sociedad. Lo ideal sería que, a partir de estas objeciones, el gobierno diera marcha atrás en su intención y busque a otra persona, más adecuada, para ocupar ese lugar.
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