Unos meses después mi madre, de paso por Buenos Aires, descubre unos libros en cuya tapa decía "Humor" y resultó ser que eran colecciones de números atrasados de la revista, ella me los compró sabiendo mi predilección por las publicaciones humorísticas e ignorando la trascendencia que tendría en la historia Argentina esa palabrita: "Humor". De ese modo llegaron a mi los primeros números de esa publicación que haría historia en nuestro país.
Hoy se cumplen 31 años desde aquel primer ejemplar y no quería dejarlo pasar sin recordar a quienes nos ayudaron a abrir la cabeza en aquellos tiempos de oscurantismo.
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