A algunos chicos puede parecerle ciencia-ficción pero, hoy se cumplen 18 años del último levantamiento carapintada en Argentina, fue el 3 de diciembre de 1.990 y terminó en un tiroteo con varios muertos. Creo que fue la única sublevación de militares rebeldes (comenzaron en semana santa de 1.987) que llevó a un enfrentamiento armado y fue la única que sufrió Carlos Menem en su presidencia.
No hace tanto tiempo a algunos mandos militares (la mayoría) les molestaba que un presidente que no había hecho la carrera militar esté al mando, les molestaba recibir órdenes de un "civil". Jugaban a desestabilizar el sistema haciendo uso de la fuerza y las armas que se le habían confiado para hacer su trabajo. Eran un grupo de poder y lo demostraban con asonadas, acuartelamientos y desobediencia a los mandos "naturales". De esta forma lograron forzar la sanción de leyes que beneficiaban su accionar en tiempos de la dictadura, de esta forma lograron imponer leyes como el "Punto final" y la "Obediencia debida" que colocaron una gran cantidad de crímenes bajo un manto de impunidad; de esta forma, finalmente, lograron que se indulte a sus máximos jefes.
Salta a la vista que los tiempos han cambiado pero, no dejo de recordar el sabor amargo que me dejaban, en esos tiempos, las mezquindades de algunos políticos de turno a quienes les importaba más su beneficio sectorial que la defensa de las instituciones democráticas.
Espero y ruego que nunca volvamos a tener episodios de estás características en mi país, que aprendamos que el método es otro y que quienes cometan crímenes paguen por ellos y no se valgan de gente que, en algunos casos con la mejor de las intenciones, presione al poder popular para darles impunidad.
Hace casi 20 años el Coronel Seineldín se sublevó por última vez con un grupo a su mando. Hasta entonces, los argentino vivimos bajo la sombra carapintada de quienes se creían fiscales y vigías de la integridad moral de nuestro pueblo.
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