miércoles, 13 de diciembre de 2006

Pinocho? ¡¡¡son de madera!!!


Es triste ver como, gente de buena voluntad, puede nublar de esa forma su pensamiento.

Es triste ver que nuestros hermanos chilenos se compraron la pelí­cula, gracias a Dios no todos pero si muchos.
Los imperios modernos (quizas los antiguos también) necesitan una hipótesis de conflicto para hacer sentir la fuerza de su poder en el mundo, durante la casi toda la segunda mitad del siglo XX, la hipóteis de conflicto fue oriente, occidente; este, oeste; comunismo, capitalismo o como quieran llamarla.
Al terminar la segunda guerra mundial en 1.945, hizo falta generar un conflicto que descomprima las tensiones mundiales y, a través de pequeñas guerras, evite otra guerra mayor. (creo que este era el pensamiento de los ideólogos de esto, no estoy planteando ningún tipo de acuerdo con ellos).

Así­ surgieron la guerra de Corea, la de Vietnam y tantas otras.
Pasó que el imperio tení­a un enemigo: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (los comunistas bah) qe alimentaba, al igual que ellos, conflictos regionales que le permitieran medir fuerzas permanentemente.
Hasta la caí­da del muro de Berlí­n, y quizás un poco después también, todos fuimos tí­teres de este juego.
El juego fue tan nocivo que generó que en el propio pueblo norteamericano surgieran reacciones en contra y que, en el caso Soviético, se produjera la caí­da del régimen.
A lo largo de esta guerra (la guerra frí­a) los Estados Unidos jugaron un doble juego que, por un lado, los llevaba a apoyar discursivamente el modelo democrático y, por otro, hací­a que su agencia de inteligencia (CIA) provocara la caí­da de los mismos.
Avanzaron sobre los gobiernos democráticos de otros paí­ses (especialmente) cuando veí­an en ellos alguna simpatí­a hacia el régimen enemigo pero también por conveniencias económicas especí­ficas, sobre todo las relacionadas con empresas petroleras o laboratorios medicinales.
Se hablaba de puntos estratégicos en el globo, de objetivos militares, creo que, lo mismo que ahora, los objetivos son solo económicos; más especí­ficamente de dominación económica.
En este juego perverso una de las fichas fue Chile. El presidente Salvador Allende mostró alguna simpatí­a por el régimen Soviético y la CIA le armó un golpe de estado financiado por capitalistas chilenos (que ayer lloraban a su lider) y empresas norteamericanas (hace poco escribí­ sobre eso).
Para derrocar gobiernos en nuestra región, la CIA, se valió de personajes educados en la escuela de las américas (centro de adoctrinamiento norteamericano en Panamá) convencidos de que eran los salvadores del mundo.
Pinochet fue uno de ellos; respondí­a perfectamente al rol que se le asignó:

  • Convencido de que el anticristo eran los comunistas.

  • Convencido de que peleaba en nombre del Cristianismo (o de Dios).

  • Poní­a cara de culo para parecer más serio (ver foto).

  • Comandaba el ejercito chileno legitimamente, nombrado por el gobierno constitucional.


Y seguramente muchas cosas más lo hicieron merecedor de una dictadura de muchos años.
El imperio que lo encaramó en el poder criticaba (desde sus organismos de derechos humanos) su accionar, les era útil en otros tiempos.
Mató a sus compatriotas convencido de que hací­a lo correcto haciendo caso a sus jefes del norte.
Le echó la culpa a Dios de cuanto pudo.
Fue uno de los más lúcidos dictadores de la región y, quizás por eso mismo, uno de los más dañinos. Caló hondo en el sentir del pueblo chileno y logro impensadas adhesiones.
En definitiva no fue más que un remedo de dictador, una caricatura de lo que pretendió ser. Al final de su vida incluso se le descubrieron cuentas en suizas de algún ilí­cito con lo cual reveló no ser más que un delincuente común encaramado en el poder.
Hizo creer a mucha gente que los marxistas son el anticristo (cómo explicarán el ataque a los árabes?) y por eso digo que son de madera. Si en el año 1973 lo creyeron es comprensible pero,
¿¿¿en pleno siglo XXI???
¿¿¿el enemigo marxista???

¡¡¡ ANDAAAAAAAA!!!