sábado, 20 de octubre de 2007

Mamá

Es el quinto dí­a de la madre que paso sin ella, y quiero recordarla de la mejor manera. Muchas veces se dice: "la madre...." o "una madre..." y se dicen cosas maravillosas de lo que es capaz de hacer una madre; no es mi intención esa, me es muy difí­cil hablar de una madre que no sea la mí­a y, me es muy difí­cil sentir mientras pienso en ella que fue (es) la mejor mamá del mundo.
Fue tan buena para mi que no necesite que no esté para darme cuenta de su valí­a. Ojo, cuando no estuvo más la sentí­ muchí­simo más grande y noté muchas cosas que no habí­a notado con ella en vida.
Los primeros tiempos de su ausencia fueron extremadamente dolorosos pero, luego la cosa empezó a tomar otro cariz y, si bien, como dice el tango, algunas veces "se me pianta un lagrimón", lo cierto es que su recuerdo me da una serenidad y una paz indescriptible. Fue tan maravillosa que solo pensar en ella me hace sentir mejor y, saber que me tocó a mi me hace sentir un privilegiado de la vida. Siento que no tengo derecho a quejarme de nada con el premio que tuve inmerecidamente al ser su hijo.
Era demasiado buena para ser cierta pero lo fue, sus lecciones de vida, su sacrificio, su tenacidad, su voluntad y su fuerza son el espejo en el que veo todos mis defectos y, cuando descubro algo bueno en mi no dejo de encontrar similitudes con su personalidad que gané genéticamente y a lo largo de los años en los que peleó para convertirme en un hombre de bien.
Se fue dí­as antes de un dí­a de la madre y desde entonces los dí­as como hoy tienen un sabor agridulce y se que no soy el único que la extraña, aparte de mi hermana que seguramente siente algo parecido a mi, toda la gente que la conoció, que tuvo relación con ella, no deja de extrañarla y yo, recibo su póstumo regalo cuando algún extraño me dice lo maravillosa que fue mi madre.
No solo los extraños me regalan esos halagos (son para ella pero yo los disfruto), también mis amigos y, sobre todo, mi esposa, la mujer que el cielo me regaló para que sea mi compañera y la madre de mis hijos, la quiso tanto que sufrió quizás más que yo con su pérdida.
Bueno, en esta mescolanza desordenada que escribí­ quise decir algo sobre mi madre... bah mi mamá, que fue lo más grande que me pasó en mi vida, que no solo me parió sino que significó todo para mi mientras estuvo, no falto en momentos duros ni en los mejores y vivió en función de sus hijos. Yo, por algúna vuelta del destino, tuve el privilegio de ser uno de ellos y, hoy la recuerdo para sentirme mejor, dejando de lado reflexiones sobre el destino de la humanidad o quien sabe que actitud de algún dirigente trasnochado, lo único importante hoy es mi mamá.
Que lindo que serí­a todo si todos tuviéramos una maravillosa mamá para abrazar, mimar, besar o, como en mi caso, para recordar no?