Corría el año 1871 y el doctor George Vest pronunció este discurso al jurado del tribunal de Warrensdburg, Missouri, Estados Unidos:"Caballeros del jurado: El mejor amigo que un hombre pueda tener, podrá volverse en su contra y convertirse en su enemigo. Su propio hijo o hija, a quienes crió con amor y atenciones infinitas, pueden demostrarle ingratitud. Aquellos que están mas cerca de nuestro corazón, aquellos a quienes confiamos nuestra felicidad y buen nombre, pueden convertirse en traidores.
El dinero que un hombre pueda tener también podrá perderlo, se volará en el momento que más lo necesite.
La reputación de un hombre quedará sacrificada por un momento de locura o debilidad.
Las personas están dispuestas a caer de rodillas para honrar nuestros éxitos, serán los que arrojen la primera piedra, cuando el fracaso coloque nubes sobre nuestro porvenir.El único, absoluto y mejor amigo que tiene el hombre en este mundo egoísta, el único que no lo va a traicionar o negar, es su PERRO.
Caballeros del jurado, el perro de un hombre está a su lado en la prosperidad y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad. Dormirá en el frío piso donde sopla el viento y cae la nieve, sólo para estar junto a su amo.
Besará la mano que no tenga comida para ofrecerle, lamerá las heridas y amarguras que produce el enfrentamiento con el áspero mundo.
Si la desgracia deja a su amo sin hogar y amigos, el confiado perro solo pide el privilegio de acompañar a su amo para defenderlo contra todos sus enemigos.
Y cuando llega el último acto, y la muerte hace su aparición y el cuerpo es enterrado en la fría tierra, no importa que todos los amigos hayan partido. Allí junto a la tumba, se quedara el noble animal, su cabeza entre sus patas, los ojos tristes pero abiertos y alertas, noble y sincero, mas allá de la muerte".
Sirva esto como un homenaje a los animales, representados por los perros, en su día, si quieren ver el origen de estas palabras consulten en:
http://www.conciencia-animal.cl/paginas/temas/temas.php?d=365
En estos días vi, leí y escuche, como la mayoría de los argentinos, las mil y una teorías sobre las causas de la quema de pastizales en el Litoral Argentino. Lo cierto es que si no fuera porque los caprichos meteorológicos que hicieron que los vientos corrieran hacia nuestra gran capital; seguramente no hubiéramos notado tamaño crimen ecológico. Las consecuencias de lo que se está haciendo pueden ser mucho más catastróficas que lo que fueron hasta ahora. Como si no bastara con los accidentes y su trágico saldo de muertos, heridos y, por supuesto, pérdidas materiales difíciles de cuantificar, el daño a la naturaleza nos traerá consecuencias que probablemente no podamos imaginar. Parece que no nos diéramos cuenta que el cambio climático, las inundaciones, las enfermedades extrañas que atacan a nuestra población (sobre todo a nuestros niños) son consecuencia de estos crímenes contra la naturaleza que suele mantener en equilibrio las fuerzas que nos permiten sobrevivir en este mundo.