martes, 26 de octubre de 2004

Otra vez sopa...

Hace poco más de un mes escribí­a esto sobre la posibilidad de reglamentar el tema de la pornografí­a y los menores en los cibers, no pasó tanto tiempo y me encuentro con esta nota sobre el mismo tema e insisto, no tienen sentido los filtros electrónicos, filtran cualquier cosa y dejan pasar lo que deberí­an atajar. Imagí­nense un sitio porno vietnamita o griego; van a programar los filtros con la palabra "sexo", "putas" y sus derivados en vietnamita o griego; en hebreo?, en chino mandarí­n?
Por otro lado, el bloqueo de ciertas palabras lleva a problemas como el que se produjo con Gabriel Garcí­a Marquez y su nueva novela "Memoria de mis putas tristes" con el bloqueo de la palabra "puta" y serí­a imposible leer el poema de Francisco de Quevedo "gracias y desgracias del ojo del culo". Por supuesto, en un ciber controlado electrónicamente; serí­a imposible leer este blog ya que fui demasiado explí­cito en las citas y usé palabras "censuradas".
Habiendo deslizado un par de argumentos más, vuelvo a repetir: la cosa se soluciona, en un alto porcentaje, con las pantallas a la vista del encargado del local. deberí­a exigí­rseles a los dueños o administradores de estos locales un diseño de acuerdo con esto y, como dije antes, si desean privacidad (los adultos) la cosa se resuelve con una cortinita. Otra solución serí­a tener un área apta para menores y otra no apta, como en los lugares que existe el área "fumadores" y el área "no fumadores", dependerá del encargado del local definir si un área es más o menos grande o si directamente no existe, en definitiva, a quien apuntan en el mercado de consumidores.
Señores legisladores: tratemos de parar con la improvisación y no creamos en soluciones mágicas. La solución la tiene la gente, las personas con su hacer o dejar de hacer, ellas deben ser las responsables por el accionar de menores en sus locales.

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