sábado, 13 de noviembre de 2004

Un viejo tema pendiente

Viendo las noticias de la última semana me encontré con que se produjeron, en Chile y Brasil, hechos que trajeron nuevamente al tapete el tema de los desaparecidos y las torturas durante las últimas dictaduras militares vernáculas. A medida que pasan los años van destapándose más cosas y, los relatos que podí­an parecer fruto de la imaginación de las ví­ctimas, cobran realismo; que impotencia habrán sentido cuando, en los 70' y 8O's nadie les creí­a.

Si bién con Chile y Brasil tuvimos una historia llena de desencuentros, parece ser que en la época de las dictaduras se logró una uniformidad que no se veí­a desde el fallido tratado del ABC, la Escuela de las Américas y el Plan Condor los habí­an reunido en contra del "enemigo maxista, ateo y apátrida".

Nuestra historia regional no estaba aislada del mundo, a la ya mencionada escuela (concurrida por militares de toda la región que luego participaron de los gobiernos militares), se agregan instructores militares franceses (veteranos de Argelia) y la complicidad directa de organismos como la CIA. Por supuesto contando con todo el apoyo económico y diplomático-polí­tico que podí­an prestar personajes como Kissinger y Rockefeller.

Realmente creo que lo que nos indigna a muchos es la cobardí­a con la que hicieron las cosas, si realmente creí­an que hací­an lo correcto. ¿porqué no asumieron sus responsabilidades?

En la mayorí­a de los casos el pueblo los apoyo en un principio, pero el pueblo nunca firma cheques en blanco, sabí­an que no se les iba a perdonar el método de torturas indiscriminadas y asesinatos ocultos (desapariciones), sabí­an que uno de los derechos fundmentales del hombre y uno de los signos de civilización que buscan los arqueólogos y antropólogos al estudiar la prehistoria es la sepultura de los muertos. Si sumamos a esto el robo de bebés y las vejaciones podemos encontrar justas razones para no olvidar como piden algunos. Los errores se asumen, se corrigen, no se olvidan ni se tapan. Por supuesto que en estos actos han sufrido y perecido muchos inocentes como los chicos que perdieron su identidad quizás para siempre y sus abuelos que debieron resignarse a vivir sin saber de sus hijos ni nietos, unos asesinados y otros privados de su historia.

Creo que, al margen de las acciones correctivas o punitivas que se puedan tomar con los responsables, como pueblo tenemos el derecho y la obligación de saber toda la verdad de lo ocurrido. Yo era muy chico cuando esto ocurrió pero recuerdo frases del tipo "algo habrán hecho" o "no preguntes demasiado ... es peligroso". Es hora de que maduremos como pueblo, nos hagamos cargo de nuestra historia y asumamos que hemos cometido errores y avalado cosas que nos avergí¼enzan. Pero también, no debemos olvidarnos que quienes hoy nos reclaman seriedad polí­tica y económica, alimentaban a quienes dirigí­an nuestros paí­ses en esa epoca, Rockefeller llegó incluso a visitar la Argentina para conversar con sus "socios" locales, solo se acordaron de que no habí­a democracia en Argentina cuando un "borracho" nos llevó a una guerra sin sentido para recuperar un territorio perdido en manos del imperio británico. Quienes hoy reclaman pagos financiaron a la dictadura brasilera e incluso participaron de la organización del golpe de estado chileno en 1.973, en esa época no pedí­an "garantí­as" ni exigí­an "ajustes" a los gobiernos.

Y no olvidemos que, lo que ocultemos hoy se volverá en nuestra contra tarde o temprano.

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