martes, 8 de marzo de 2005

Oh mujeres...!

Mucho se va a hablar, en un dí­a como hoy, de las mujeres. Encontré un buen resumen de los hitos en la historia de las reivindicaciones femeninas en este enlace, y seguramente habran muchí­simos más que analizan la historia probable del 8 de marzo o bién, las causas que llevaron a instituir un dí­a al año como dí­a de la mujer.
Más allá de todo este palabrerí­o histórico (muy interesante por supuesto), me parece saludable dedicar, al menos, un dí­a al año para homenajear a las mujeres, me parece genial que el dí­a de hoy se escriban miles y miles de páginas sobre ellas y reciban saludos, flores, bombones, etc.
Todos tenemos mujeres importantes en nuestras vidas, hasta quienes se puedan creer más independientes de ellas, seguramente no pueden negar lo maravillosa que puede haber sido su madre.
La mujer ha sido sinónimo de humanidad en la historia del mundo, hasta en los evangelios, los apóstoles dedican una importante porción a hablar sobre Marí­a Magdalena, como amiga de Jesús y, por supuesto de su madre Marí­a.
Hablando de historia de nuestro paí­s siempre hay mujeres como Juana Azurduy de Padilla o Paula Albarrací­n de Sarmiento pasando por Mariquita Sánchez de Thompson y, en la historia de la Humanidad, desde las ya mencionadas de la Biblia, pasando por George Sands y la Reina Isabel o Catalina la Grande de Rusia

Más en la actualidad, no puedo dejar de mencionar a la Madre Teresa de Calcuta, a Indira Gandhi y tantas otras que serí­a imposible enumerar.

Las mujeres marcan nuestra vida, son los primeros seres humanos con los que tenemos contacto, son nuestro cable a tierra, nunca seremos iguales porque nuestra escencia es ser diferentes pero, en la mayorí­a de las actividades, tienen idéntica capacidad a la de los hombres y quizás superior.

Cuando creemos que la reivindicación de los derechos femeninos y el papel preeminente de las mujeres es cosa de la modernidad, deberí­amos remontarnos al inicio de nuestra civilización, a la Isla de Creta, sobre todo si se habla de libertades sexuales, esas que nos resistimos a reconocerles a las mujeres a pesar de "tolerarles" otras.

Vaya desde aquí­ un humilde homenaje a todas las mujeres del mundo, en especial a mi esposa y a mi hija (que tienen que lidiar conmigo cotidianamente) y a mi madre que, mientras vivió fue el sol que iluminó mi vida.

Los dejo con este simpático logo que eligió google para la ocasión.


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