
Casi me olvidaba del nombre de este tipo cuando era chico lo oía nombrar seguido y me llamaba la atención el nombre (Ibérico) y el apellido (francés, inglés o algo así). La verdad es que no conocía esta frase y, a la luz de la historia, parece que fue el más sincero de todos los que hablaron. Pensamientos de este calibre justificaron hasta el más horrendo de los crímenes, desde los asesinatos hasta el robo de bebés pasando por las torturas y los campos de concentración.

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