viernes, 6 de octubre de 2006

Ni división ni odio, JUSTICIA

Después de leer La Nacion de hoy quedé algo confuso, ¿realmente esta gente cree que tiene derecho a reclamar algo? ¿Todaví­a no se dieron cuenta de cual fue su delito?
Señores: en nuestro paí­s hubo guerras civiles desde su nacimiento, hubo bandos que se pelearon una y otra vez e, incluso, se alternaron en el poder; leyendo algunos libros de historia pueden enterarse que significaron las batallas de Cepeda y Pavón, entre otras, para la historia argentina.
Tengan por claro que nadie los condena por haber defendido una idea, ni siquiera por haber tomado las armas para hacerlo.
No es defender una idea ni "pelear una guerra" atar a una persona y torturarla (sea cual fuere su delito), tampoco lo es robarle los hijos y, mucho menos, detenerlo (secuestrarlo) y decir que está "desaparecido".
Las cosas se hacen de frente, si habí­a que detener a la gente se lo hace de frente, si la gente tiene hijos se los entrega a la familia; si se mata a alguien se lo sepulta (o crema), no se lo tira desde un avión al mar; en fin... torturar, robar chicos, desvalijar casas, etc. no es ni pelear una guerra ni defender una idea, mucho menos si se considera "enemigos", "guerrilleros", o "terroristas" a chicos de entre 16 y 18 años.
Nadie que haya peleado una guerra puede ser condenado por eso pero... aún en guerras contra enemigos extranjeros no se permiten las torturas que utilizaron durante el proceso.
La sociedad los condena por "represores", que es una forma elegante de decir cobardes o "cagones", es la única forma en que se puede llamar a quien ata a alguien para torturarlo, cualquiera es "valiente" si el enemigo está atado, incluso se hicieron los machos con esos chicos que todaví­a iban al colegio.
Quienes combatieron seguramente son heroes, hasta pueden haber muerto por la causa pero, esos no son los que van a juicio, son los que abusaron de la sociedad y los que ordenaron eso.
La apropiación de la identidad, por ejemplo, es algo tan execrable e indefendible que no puedo entender que pidan amnistí­a para eso.
No se mezclen, no hagan de todo una sola masa, separen la paja del trigo y dejen que los delincuentes respondan ante la justicia; es la única manera en que el pueblo argentino pueda volver a creer en sus fuerzas armadas y pueda, también, separar a sus héroes de sus villanos.

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