miércoles, 13 de febrero de 2008

¡Hijo de puta!

Así­ gritó cuando se enteró a quien le habí­a comprado su departamento, él mismo aportó luego los datos que permitieron detener al capitán Sosa, acusado por la masacre de Trelew. Habí­a vivido escondido los últimos 16 años apañado por sus camaradas de armas, "Deseaba fervientemente poder saber algo antes de morirme pero no pensaba que se fuera a concretar" dijo la madre de una de las ví­ctimas (hoy tiene 86 años), desde el año 1.972 tenemos esta herida abierta que tuvo consecuencias nefastas en nuestra historia, la impunidad gozada por estos primeros criminales alentó las barbaridades cometidas después; hombres como Mario Abel Amaya que denunciaron estos crí­menes y perdieron su vida en eso.

Fuente: Página 12

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