lunes, 12 de febrero de 2007

El primer pacto de la democracia

Me sorprendió una nota publicada ayer por Página 12 que hoy fue complementada por otra que hablan sobre un pacto entre Isabel (Marí­a Estela Martinez) Perón y el entonces presidente de la Nación Raúl Alfonsí­n.
Quizás en su momento haya tenido algún sentido o haya parecido tenerlo. Algunos nos acordamos de la frase de la viuda de Perón "No me atosiguéis" pronunciado con un inconfundible acento español que hací­a suponer que toda su vida habí­a vivido en ese paí­s.
Como decí­a, quizás haya tenido sentido en ese momento y puede que sus protagonistas hayan creí­do ver en ese pacto algo de oxí­geno para un gobierno que recién comenzaba su gestión y estaba siendo perseguido y desestabilizado cotidianamente.
A la luz de la historia no fue más que algo parecido al Pacto Sindical Militar que habí­a denunciado el propio Alfonsí­n en campaña y habí­a despertado la indignación del electorado ayudando a derrotar electoralmente a quienes habí­an participado del mismo.
Las paradojas del destino nos muestran que el radicalismo nació en contra de los pactos, nació a fines del siglo XIX en oposición al régimen instaurado por Roca y sus seguidores que habí­an hecho de los acuerdos la base de su poder, acuerdos (pactos) hechos entre gallos y medianoche y, preferentemente, sin que nadie se entere. Ese mismo radicalismo llegó al poder en 1.983 de la mano de una denuncia contra el pacto ya mencionado y luego, comienza con este pacto con Isabel Perón para continuar con la Obediencia debida y culminar en el Pacto de Olivos en 1.994.
Puedo entender errores, puedo suponer buenas intenciones; es cierto que con alguien hay que pactar para gobernar y hasta puedo entender que no hayan dicho nada en su momento pero...
¿ a más de 20 años seguir negando lo evidente ?
Hay veces que siento que nos toman por estúpidos.

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