sábado, 22 de noviembre de 2008

Jugando a ser Dios

Malevo Ferreyra Los hay de todas las razas, de todos los países, de todos los continentes; también entre los que profesan diferentes religiones; son quienes llevan la intolerancia a su máxima expresión, son quienes aprovechan las situaciones de caos y desconcierto para erigirse en "salvadores" del orden y las buenas costumbres.

Algunos han llegado a ser jefes de estado poderosos y otros han actuado más o menos anónimamente al amparo del poder de turno; sostienen ser quienes deben desechar la "basura" de la sociedad.

La historia ha condenado en vida a algunos, a otros los ha condenado después de muertos, y los hay que han quedado en el anonimato histórico. Todos han tenido su momento de gloria en momentos de caos y descontrol y han sacado a relucir, en esos momentos, los instintos más bajos y ruines de su gente.

Hay quienes, en algún momento de su vida, tienen un rapto de lucidez y notan la barbarie en que se han sumergido expresando algún tipo de conciencia por las aberraciones cometidas en el pasado. Lamentablemente son los menos.

El personaje de la foto, el "malevo" Ferreyra, vivió hasta el último segundo de su vida convencido de su rol divino en el mundo, sintió tener poder sobre la vida y la muerte e hizo uso de ese poder hasta en el último acto de su vida, jugó a ser Dios quitándose la vida con tal de no hacer frente a sus responsabilidades.

Terminó como vivió, creyéndose una especie de mesías que debe salvar a la humanidad de si misma.

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